jueves, 12 de diciembre de 2013

David Brewster: "Grandes verdades reveladas en la Biblia"

"...alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras obras buenas,
y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
."

1. Su legado científico

Sir David Brewster (1781 – 1868) fue un científico escocés; físico-matemático, astrónomo, naturalista, inventor, autor, filósofo de la ciencia e historiador de la ciencia.

Brewster fue un prolífico intelectual en muchas áreas del conocimiento, pero sus mayores contribuciones científicas destacan especialmente en el campo de la física, en la óptica, donde trató el tema de la doble refracción y la polarización de la luz.

Sus investigaciones sobre compresión, cristalización, minerales, y demás, dieron origen a la rama de la mineralogía óptica (óptica mineral) y su descubrimiento del efecto fotoelástico dio origen a la rama de la fotoelasticidad.[1] 

Llegó a encontrar alrededor de cien variedades cristalinas polarizadas con las que enunció la ley de polarización de cristales biaxiales (o "ángulo de Brewster"), que en la óptica se conoce como "Ley de Brewster" en su honor. Con ésta fórmula, se pudo calcular el ángulo en el que la luz tendría que encontrar una sustancia para la máxima polarización, y más tarde se le darían muchas aplicaciones prácticas: desde dar un ajuste óptimo a las señales de radio, hasta la construcción de microscopios capaces de examinar objetos a una escala molecular, o la fabricación del reloj solar de Charles Wheastone. Por ello, es fundamental para el desarrollo de la fibra óptica, los rayos láser, y el estudio de la meteorología y la cosmología.[2]


Realizó importantes experimentaciones sobre el espectro de absorción y sus descubrimientos permitieron la posibilidad de obtener luz monocromática por medio de la sal sódica. (Sanz & Gallego, 2001:187).

Sobre todo, es especialmente reconocido por haber sido el inventor del caleidoscopio y de una versión mejorada del estereoscopio llamada el "estereoscopio lenticular",[3] aunque también inventó la cámara binocular en 1849,[4][5] los lentes polizontales o segmentarios, dos tipos de polarímetros, y el iluminador de faros,[6]  entre otros dispositivos. 

Dio a conocer sus resultados mediante un "Reporte de una cámara binocular, y de un método de obtención de dibujos de longitud completa y estatuas colosales, y de cuerpos vivos, que pueden ser exhibidos en forma de sólido por el estereoscopio." (1852)  (Su versión del estereoscopio era el artefacto antecesor de la cámara fotográfica y el primero con tecnología 3D práctica y portátil).

Por sus hallazgos y su extenso trabajo, el historiador de la ciencia William Whewell nombró a David Brewster "el Johannes Kepler de la óptica," y el "Padre de la óptica moderna experimental."

Sin embargo, su trabajo no se limitó a la física. Brewster contribuyó al campo de las ciencias naturales y a la microscopía al experimentar con la clorofila y describir por primera vez su fluorescencia roja  en 1833. Después de hacer pasar un haz de luz solar a través de un extracto de hojas verdes,[7] concluyó que la absorción de los rayos jugaban un rol primordial en el cambio del color vegetal,[8][9] y de esta forma, demostró que el cambio en la coloración de las plantas se daba por la atracción que las partículas de la planta tienen a la luz solar.




Asimismo, publicó cientos de artículos, reseñas y documentos sobre una gran variedad de temas que incluían la mecánica, el magnetismo, la geología, el daltonismo, la fotografía y la filosofía de la ciencia.



2. Divulgador e historiador de la ciencia

Brewster fue admitido como miembro de la Royal Society de Londres, Inglaterra (1815), y sería elegido Presidente de la Royal Society de Edimburgo (1864), la organización científica más importante de Escocia, y recibiría la Medalla Copley 

En el siglo XIX fue reconocido como una figura prominente en la divulgación de la ciencia. Un reporte de 1868 en el diario "Round Table" consideraba que "Sir David Brewster... hizo más, probablemente, que lo que haya hecho cualquier otro hombre para la popularización de la ciencia."[10]  

Durante la primera parte de su vida, fue el editor de diversas publicaciones científicas, incluyendo la "Edinburgh Magazine" (1802-1806) y la "Scots Magazine" (1802-1806); y en adelante comenzó a compilar artículos científicos para la "Edinburgh Encyclopædia(1807-1830)una enciclopedia de 18 volúmenes que representaba una alternativa a lEncyclopædia Britannica (también publicada en la ciudad de Edimburgo). Esta obra es generalmente considerada como una enciclopedia más fuerte en temas científicos, ya que muchos de los artículos fueron escritos por el mismo Brewster, y además contaba con la colaboración de eminentes figuras en la ciencia y literatura, entre ellos William Elford Leach, Adam Anderson, Charles Babbage, Thomas Carlyle, Robert Gordon, Robert Edmond Grant, John Leslie, Henry Liston, John Gibson Lockhart, Thomas Telford, Thomas Chalmers, entre otros.

Michael Faraday, Huxtley, Wheastone,
David Brewster, y Tyndall
Años más tarde, Brewster sería uno de los fundadores de una de las organizaciones científicas más reconocidas en Inglaterra hasta la fecha. Después de leer el libro de Charles Babbage "Decline de la Ciencia en Inglaterra", y analizar la actitud elitista de la Royal Society, el físico escribió una reseña donde sugería la creación de "una asociación formada por la nobleza, el clero, la aristocracia, y los filósofos naturales"[John Murray's Quarterly Review] Varias figuras atendieron la propuesta; entre ellos, el Reverendo William Vernon HarcoutJ. H. W. Johnston, para finalmente conformar la "Asociación Británica Para El Avance de la Ciencia". La primera reunión se llevó a cabo en 1831, y Brewster, junto con Babbage y John Herschel representaron una parte primordial para formar su constitución. Brewster sería elegido Presidente de dicha Asociación en 1849.

En la segunda mitad de su vida, el escocés también destacó como historiador de la ciencia. En 1831, publicó una obra biográfica de Isaac Newton en la Librería de la Familia Murray, titulada "Vida de Sir Isaac Newton". E1833, publicó una recopilación de las cartas y una reseña biográfica del legendario matemático Leonhard EulerEn 1835 publicó "Vidas de los hombres literatos y científicos más eminentes de Italia, España y Portugal", en donde recopilaba las biografías de Galileo Galilei, Dante Alighieri, Plutarco, Victoria Colonna, Guicciardini, Guarini, Torquato Tasso, Gabriello Chiabrera, Filicaja, Metastasio, Carlo Goldoni, entre otras figuras eminentes de Italia. En 1841, publicó la obra "Los mártires de la Ciencia, o las vidas de Galileo, Tycho Brahe, y Kepler"Después de más de 20 años de investigación de manuscritos y fuentes de escritos originales, Brewster volvió a publicar una segunda obra biográfica sobre Newton, llamada "Memorias de la vida, escritos, y descubrimientos de Sir Isaac Newton" (1855), la cual consta de dos volúmenes que hoy en día siguen siendo una de las biografías más completas del científico legendario.

En 1865, realizó un tratado Sobre las causas y las curas para las cataratas, el cual donó en la Sociedad Real de Edimburgo; y a sus 56 años fue elegido Presidente de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, puesto en el que estuvo durante 21 años.

En total, Brewster publicó más de 1,000 artículos y entre ellos, 314 tratados científicos. Durante su época fue uno de los físicos más reconocidos en todo el mundo, 

3. Su defensa de la fe cristiana, y su oposición al evolucionismo

Desde niño, Brewster fue reconocido como un niño prodigio. A la temprana edad de diez años, construyó un telescopio por su propia cuenta. A sus doce años, fue consignado a la Universidad de Edimburgo, y se tituló en 1800.

Pensaba en convertirse en clérigo, por lo cual estudió Teología y se licenció como ministro para predicar el evangelio en la Iglesia de Escocia, en 1804. Llegó a predicar en el púlpito la Iglesia de St. Andrews; sin embargo, esto solo fue en una ocasión, ya que, de acuerdo con uno de sus colegas: "El primer día que subió al púlpito fue el último, puesto que en aquel entonces él tenía algo de nerviosismo que lo hizo incomodarse cuando oyó su propia voz y vio una congregación mirándolo." [James Hogg, en una carta a James Fraser]

Aunque su interés por la religión permanecería firme, y en 1813 se volvería miembro de la Iglesia Libre de Escocia[11]; desde entonces, Brewster aplicó el plan B: la ciencia. De forma autodidácta, comenzó a estudiar sobre física, y a investigar detalladamente sobre la polarización, la reflexión y la absorción de la luz. Se familiarizó con el trabajo de Etienne Louis Malus, y su interés por las ciencias lo llevó a estudiar bajo la instrucción de astrónomo llamado James Veitch.

En 1820, pidió ayuda a la Royal Society para su investigación, y comenzó a hacer registros termométricos en varias partes de Escocia. En 1821 ayudó a fundar la Edinburgh School of Arts, y la Royal Scottish Society of Arts (Royal Scottish Museum, 1984:20) y en 1823 dio a conocer sus observaciones sobre la temperatura media del planeta y los siguientes dos años hizo observaciones termométricas cada hora del día y la noche, hasta dar a conocer sus resultados en 1826.[12]  Su fe era constante incluso en su experimentación, y en una ocasión, un observador vio que trabajaba Brewster en su laboratorio y cada cierto rato se inclinaba hacia atrás, estiraba sus manos, y exclamaba "¡Buen Dios!, ¡Buen Dios! ¡Que maravillosas son Tus obras![13]

Para entonces Brewster ya gozaba una buena reputación como científico, y comenzó a trabajar con otros científicos prominentes. Mantenía correspondencia con Henry Brougham, con el legendario astrónomo Sir William Herschel, con Michael Faraday, y con el físico James David Forbes, a quien, en la década de los 30's, le escribía para animarlo a realizar investigaciones originales la ciencia, despojándose de pretensiones mundanas, y teniendo una humildad cristiana con la mira en el Creador
"El cultivo de la ciencia es un lujo que no tiene comparación entre el bullicio y la aflicción de la vida, y es bastante compatible con las tareas profesionales más activas. Estoy seguro que tu educación y el ejemplo que has tenido que imitar te protegerá de esas opiniones presuntuosas y escépticas que el conocimiento científico muy frecuentemente engendra. En el ardor de la búsqueda del éxito y bajo su embriaguez, los hombres de ciencia tienden a olvidar que son el instrumento por el cual la Providencia está revelando poco a poco las maravillas de la creación, y que ellos deben ejercer sus funciones con la misma humildad que aquellos que se dedican a desplegar los misterios de su voluntad revelada. . .
Te aconsejo que no esperes demasiada felicidad, ni aun con la realización de todos tus deseos. En el momento en que te has hecho alguien distinguido, te conviertes en un objeto de envidia y malicia; en hombres que pensabas que eran amantes del conocimiento, luego encontrarás que eran amantes sólo de la fama, y aborrecedores de todo el conocimiento que no proviene de ellos mismos. Vas a encontrarte con que la vida de la ciencia no tiene en sí misma ninguna preeminencia con respecto a cualquier otra vida, a menos que se persiga un principio más alto que la mera ambición de notoriedad, y que la diferencia entre un demagogo o un filósofo sólo es cuestión de los objetos de su egoísmo. 
Como ya has experimentado lo poco satisfactorio que incluso la búsqueda del conocimiento llega a ser cuando se aísla de las cuestiones más elevadas, espero, si es que no has sido lo suficientemente afortunado como para comenzar con tu estudio previamente, que te consagres a la más extraordinaria de las materias; una que supera infinitamente el mecanismo de los cielos o de la química del mundo material: la revelación de tu deber y el destino del hombre, como figura en la Biblia — un libro que ocupó las mejores horas de hombres como Newton, Locke y Euler." [Life and Letters of James David Forbes, por John Campbell Shairp & Peter Guthrie Tait. pp. 42; 54]
En 1832, Brewster escribió un estudio sobre el papel del Bautismo en el cristianismo, que incluyó en el Volumen 3 de la Edinburgh Encyclopædia (1832). Cuatro años después, en la Revista Filosófica y Diario de la Ciencia, escribía:
"La voz humana puede ser denominada la música de la mente, el lenguaje, un modo figurativo de expresar nuestras ideas y nuestros sentimientos. Los efectos que brotan de este don benéfico son abrumadorws en contemplación, y casi infinitos en extensión. Es principalmente instrumental para todas las mejoras morales y físicas del ser humano, y le permite derramar de otra manera sus pensamientos invisibles, inaudibles, e insondables, a sus semejantes y hacia su Dios." [Philosophical Magazine and Journal Of Science (July-December 1836), p. 346]
La siguiente década en Inglaterra vio la popularización de ideas evolucionistas, y especialmente la publicación de "Vestigios de la Historia Natural de la Creación" (1844), un libro especulativo en el que, retomando ideas de Lamarck, se suponía que todo lo existente en el universo pudo haber sido desarrollado a partir de formas primitivas. En 1845, Brewster escribió una reseña en el North British Review, donde atacó las suposiciones de la teoría de una forma muy decidida:
"Se podía esperar que descubrimientos en geología o en física, manifestados imperfectamente, y porciones de la Escritura, interpretadas imperfectamente, se situaran temporalmente en colisión; pero ¿quién pudo haber anticipado especulaciones generales sobre la historia natural de la creación que asustarían al estudiante piadoso, o que por un momento perturbarían la serenidad del mundo cristiano? Sin embargo, un evento como tal se ha producido, y en el autor de la obra en cuestión recae la responsabilidad. Profético de tiempos infieles, e indicando la endeblez de nuestra educación general, "Los Vestigios de la Historia Natural de la Creación," ha comenzado teniendo el favor del la opinión pública, con la posibilidad de envenenar las fuentes de la ciencia, y minar los cimientos de la religión. Popular en su tema, así como en sus planteamientos, este volumen ha obtenido una amplia difusión entre las clases influyentes de la sociedad. Ha sido leído y aplaudido por aquellos que no pueden llegar a sopesar sus hechos, ni revalorizar su argumento, ni detectar sus tendencias; mientras que aquellos que pueden ―el filósofo, el naturalista, y el teólogo―  han coincidido en marcarlo con la más severa desaprobación. . .
Si se ha revelado al hombre que el Todopoderoso lo hizo a partir del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, [Génesis 2:7] es en vano decirle a un cristiano que el hombre era originariamente una partícula de albumen, y que pasó por etapas de mónadas y monos antes de que alcanzara su preeminencia intelectual actual. Si es una verdad recibida que el Creador ha intervenido repetidamente el gobierno del universo y ha mostrado su agencia inmediata en intervenciones milagrosas, es un insulto a cualquier lector decirle que el ser dormita sobre su trono y gobierna bajo un "arreglo primario en sus consejos," y "por medio de un código de leyes de funcionamiento inflexible. . . 
Dios es el único que puede pronunciar la verdadera condición del corazón y del alma, de la cual son los asuntos de la vida. Por tanto, un verdadero hecho frenológico del que podamos persuadir a una mente sana a creer, debe implicar, en uno de sus aspectos, una especie de conocimiento que no está en el poder del hombre, el alcanzar, y mucho menos dentro de su campo; y por otro lado, un hecho físico, que se pueda verse sólo en el cerebro mismo, y que no puede ser interferido por ningún signo externo...
El único modo seguro de adquirir ideas sanas sobre nuestra relación con el Creador es comenzar con el estudio de nosotros mismos y ver a Dios como un Padre y Amigo, tratando con nosotros exactamente de la misma manera en que nosotros trataríamos con otros sobre los que ejercemos autoridad. La consciencia, ese infalible Mentor que "es más unido que un hermano," nos dice que somos seres responsables, y en lo doméstico, tanto como en el círculo social, rápidamente sentimos la disciplina y aprendemos la lección de los premios y los castigos. 
La ley escrita en los el corazón del hombre señala al pasado como el origen de acontecimientos que pueden afectar el futuro, y en la seriedad de sus aspiraciones, y el ejercicio de su búsqueda, es llevado gradualmente a la misteriosa historia de su raza. Se entera de que en tablas de piedra ha sido grabada la misma ley a la que respondió su corazón;-que cuando todos estaban muertos, uno murió por todos, y en la contemplación del gran sacrificio, se obtiene una solución al problema interesante de su destino individual. El registro Sagrado que ahora es su guía, le habla de la presciencia y la predestinación, mientras que, con perfecta coherencia, registra el ministerio de espíritus que descienden, y las comuniones santas de Dios con el hombre. Los decretos Divinos ya no le dejan perplejo. Trascienden, verdaderamente, su razón - pero esa Razón, el fiel intérprete de la Conciencia, no vacila en proclamar la Libertad de su Voluntad, y la responsabilidad de sus acciones...[Brewster's ''Review of Vestiges'' in the ''North British Review'', vol 3 (August 1845, pp. 470-515) As quoted in , Volume 1, John M. Lynch, p. 471] Citado en "Vestiges" and the Debate Before Darwin, Volume 1", por John M. Lynch (2000).
En 1855, en sus "Memorias de la vida, escritos, y descubrimientos de Sir Isaac Newton", Brewster escribió:
"La Verdad no tiene enemigo más grande que sus defensores imprudentes, y no tiene amigos más cálidos que los que, recibiéndola con un espíritu manso y tolerante, respetan las convicciones de conciencia de los demás, y, buscan, con estudio y con oración, la mejor solución a las revelaciones misteriosas e incomprensibles." [In his Memoirs of the Life, Writings, and Discoveries of Sir Isaac Newton, vol. 2 (Edinburgh: 1855)]
En 1862, Brewster publicó  The facts and fancies of Mr Darwin" (1862), un artículo en el que Brewster, aseguraba que Charles Darwin, en su libro "El Origen de las Especies" (1859) estaba mezclando algunos hechos naturales con suposiciones altamente especulativas (como todas las demás teorías que hacen suposiciones materialistas sobre el origen de la vida).  

Brewster expuso excelentes argumentos científicos en contra de la teoría de Darwin, y fue crítico especialmente de las propias dudas y contradicciones pseudocientíficas en la narrativa del evolucionista. 

El artículo completo en español ha sido traducido al Español especialmente para este blog, y puede ser leído en el link: "Los hechos y las fantasías del Sr. Darwin".En algunos fragmentos del artículo, Brewster escribió:
"Preparado en una escuela mucho menos severa que la de la geometría y la física, sus razonamientos son casi siempre vagos e inconclusos. Sus generalizaciones parecen haberse alcanzado antes de que haya obtenido los sustentos sobre los que los apoya: sus datos, aunque con frecuencia son nuevos e interesantes, a menudo son poco más que conjeturas, y los grandes fenómenos del mundo de la vida, y el instinto, y la razón, que otras mentes han entrelazado con verdades nobles y elevadas, así se han convertido en manos del Sr. Darwin en la base de una especulación peligrosa y degradante. . . 
...al investigador más humilde puede se le puede hacer entender que no tiene un solo respaldo que la sustente, y que aunque ahora es presentada de forma novedosa, ha sido refutada desde hace mucho tiempo por los más distinguidos de nuestros naturalistas. De cierto, ese gran Nombre, que la verdadera filosofía nunca ha dejado de respetar, no ha sido omitido por completo en las páginas de nuestro autor. Sin embargo, no tiene otro título salvo aquél que dio vida a una forma primordial, de la cual [supone que] han descendido todos los seres orgánicos que han vivido en esta tierra —plantas, peces, aves, cuadrúpedos, ¡y seres humanos!. . .  
Ese tierno Padre que anhela reunir a Sus hijos "como la gallina junta a sus pollitos debajo de sus alas," que abre cuando llaman a la puerta, que da buenas dádivas a aquellos que le piden, y sin cuyo conocimiento ni un cabello de su cabeza cae al suelo; no se hace cargo de la familia de huérfanos que pueblan los universos sombríos de nuestro autor. . . ."
Brewster también defendió el hecho de que en un principio, Dios terminó el mundo y vio que «todo» lo Dios había hecho, era «bueno»
...Cuando Dios vio que todo ser viviente que Él hizo era bueno, no podemos dudar que cada tipo de cada uno de ellos era ya perfecto. La lucha por la supervivencia, por lo tanto, es para demostrar [un cambio hacia la forma original], y no para provocar un cambio de la forma original. . . . 
Por lo tanto, en lugar de que haya "una tendencia constante en los descendientes mejorados de cualquier especie a suplantar y exterminar en cada etapa de descenso a sus predecesores y su padre original," habrá una muy opuesta tendencia a preservar intacta la relación perfecta que esa especie ha recibido de la mano del Creador. . . .  
...Es una creencia mucho más racional decir que el hombre puede llegar a convertirse en un bruto [o salvaje], que creer que un bruto [o salvaje] puede llegar a convertirse en un hombre, y es una fe más fácil creer que las plantas y los animales pueden disminuirse hasta volverse como un átomo elemental, que creer que ese átomo adopte en su organización, y evolucione, en todas las formas nobles de vida vegetal, vida animal, y vida intelectual."
[Brewster, David. The Facts and Fancies of Mr. Darwin. 1862. pp. 3-8[Publicado en "Good Words(1862) y "Good Word and Sunday Magazine," Volumen 3. Editores: Donald Macleod, Hartley Aspden y Norman Macleod, D. D. J. Editorial: Alexander Strahan and Company. El artículo fue republicado en 1882 y a partir del 2013 está disponible en Wikisource]
El último argumento de Brewster en el último fragmento representaba una crítica directa a los evolucionistas emergentes y proponentes de Darwin, tales como Thomas Huxtley, que sostenían que "la teoría nebular, es parte de la hipótesis de la evolución, y asegura que todos los mundos estuvieron en algún momento en estado gaseoso.Brewster no podía concebir la idea de generación espontánea, y por lo tanto admitía que fue Dios quien creó la vida, y que era imposible que la vida hubiera surgido por una mezcla casual de gases.

Huxtley, por otra parte, se contradecía a sí mismo declarando que "si la hipótesis de la evolución era cierta, la materia viva debió haber surgido de la materia inerte; porque la hipótesis de la condición del globo en un tiempo, era tal, que la materia viva no podía haber existido en el globo, siendo incompatible la vida con el estado gaseoso." [Huxtley, en ''Encyclopaedia Britannica'', Novena edición inglesa, (1876) Vol. III, ''"Biology"'', p. 689.]  

En primavera del mismo año, Alexander Strahan, un editor y publicista de la época, entrevistó a David Brewster, y describió el encuentro en "La Biblio-Revista de Pensamiento Americano y Extranjero" (1881):
"No fue hasta la primavera de 1862 que fui honrado por la visita de Sir David en mi oficina, inmediatamente después de que su artículo previo hubiera aparecido en Good Words. Un malestar parcial en su salud había retrasado que escribiera para la revista. La previa contribución atrajo una gran cantidad de atención pública, pues se había titulado "Los Hechos y las Fantasías de Mister Darwin" y había sido escrito con no poca de la indeterminación de estilo de Sir David Brewster. En la frase inicial, él aseveró que el libro de Darwin contenía "mucho conocimiento valioso y mucha especulación salvaje," y, naturalmente, partiendo de este punto de vista, el crítico andaba más en la última división que en la primera. 

De las primeras palabras que Sir David Brewster mencionó al entrar en la habitación del segundo piso No. 42 de la George Street, Edimburgo, que para entonces constituía mi oficina, fueron: "He oído que algunos de los amigos del señor Darwin piensan que usé el lenguaje demasiado fuerte, pero me adhiero a todo lo que dije. Él es muy astuto, pero un razonador sorprendentemente impreciso. Un observador destacado; lo admito plenamente." Sir David continuó hablando muy amablemente de la revista, y sin vacilar, reprendió a algunos de la oposición que entonces se reunían en ciertos círculos religiosos. "La ciencia y la religión," repitió varias veces durante la entrevista, "deben ser una misma, ya que cada una lidia con la Verdad, la cuál sólo tuvo un único y mismo Autor." Su rostro avejentado se iluminó con maravilloso entusiasmo mientras preguntaba, "¿Acaso Newton lo dudó alguna vez, o era un hombre menos importante que algunos de estos que tenemos ahora? Mas ¿quién es el que lo objeta hoy en día? Herschel, no; Faraday, no." 
En verdad, me dije a mí mismo, no sería Sir David Brewster quien lo haría, porque la luz de la fe se veía en sus ojos mientras hablaba. Era la luz de la fe tocada con sólo algunos destellos del fuego de la batalla." [The Library Magazine of American and Foreign Thought (1881), Volume 8. New York Public Library, p. 125]
También en ese mismo año, Brewster escribió lo siguiente en una sus aportaciones a la revista Good Words:
"Aunque todas las partes del cuerpo humano han sido formadas por la misma mano Divina y exhiben las adaptaciones más maravillosas y benéficas para el uso de los hombres, el ojo humano está preeminente sobre todas, como la luz del cuerpo y el órgano por el cual nos familiarizamos con lo más diminuto y lo más cercano, lo más grande y lo más remoto de la obra del Creador." ['Good Words' (1862), Volumen 3. p. 170.]
El mismo año vio la publicación de "Más Mundos Que Uno: El Credo del Filósofo [Natural] y la Esperanza del Cristiano", en donde aseguraba:
"Las verdades físicas tienen un origen tan divino como las verdades religiosas. En la época de Galileo triunfaban sobre la casuística y el poder secular de la Iglesia; y en nuestros días las verdades incontrovertibles de la vida primigenia han ganado una noble victoria sobre los errores de una teología especulativa, y sobre una falsa interpretación de la palabra de Dios. La ciencia nunca ha sido, y nunca debe ser la salvaguardia de la religión. La grandeza de sus verdades puede trascender nuestra falible razón, pero aquellos que aman y se inclinan sobre verdades igualmente grandes, aunque sin duda más incomprensibles, tienen que ver en las maravillas del mundo material, la mejor defensa e ilustración de los misterios de la fe." [p. 132]
"El ser humano, hecho a imagen de Dios, fue una creación más noble que las centellas brillantes en el cielo, o que el faro más grande y más útil de la luna." [p. 207]      
Brewster plasmó su creencia en que el Poder de Dios es el atributo divino que más influencia ejerce para hacer a la humanidad consciente de Dios. En su opinión:

"En medio de las convulsiones destructivas del mundo físico, incluso las mentes piadosas pueden haber cuestionado por un instante la providencia supervisora de Dios. En medio del hambre, la peste o la guerra , puden haber permanecido horrorizados en la escena. En los triunfos de fraude, la opresión y la injusticia, sobre la honestidad, y la libertad y el derecho. La fe pudo haber vacilado, y la Esperanza, haberse desesperado; pero bajo ninguna condición, ya sea física o del mundo moral, pudo negar la mente el PODER de su Hacedor. La omnipotencia del Creador, y la acción de la misma en cada rincón del espacio,—"Su cuidado sobre el gorrión debilitado, y Su guía del gigantesco planeta, son los primera de nuestras verdades adquiridas, y la primerísima que la observación y la experiencia confirman. Cuando Razón da sabiduría a nuestras percepciones, la omnipotencia es la gran verdad que se inculca. Lo que sea que el ojo vea, o el oído oiga, o los dedos toquen,— cada movimiento de nuestro cuerpo, cada una de las funciones que realiza, cada estructura en su tejido, imprime en la mente, y fija en el corazón la convicción, que el Creador es todopoderoso y de la misma forma completamente sabio. La Omnipotencia, en definitiva, es el único atributo de Dios que es universalmente apreciado, que el escepticismo nunca perturba, y en el cuál creemos tan firmemente tanto bajo la influencia de las pasiones corruptas, como cuando estamos mirando devotamente hacia el cielo. Todos los demás atributos de Dios serán inferencias. Su Omnipresencia, Su Omnisciencia, Su justicia, misericordia y Verdad, son las deducciones de la razón, y, aunque sean ciertas y demostrables, ejercen menor influencia sobre las mentes, pero el atributo de la Omnipotencia predomina sobre todas ellas, y ninguna mente que sea sensible a su poder podría ser perturbada jamás por las ideas que sugiere sobre la infinitud del tiempo, la infinitud del espacio, y o la infinitud de la vida." [pp. 152-153]   
"La historia de la especie humana es la historia de una gran variedad de razas que han pasado por todas las etapas de civilización y barbarie, y de la cual, la gran mayoría no han tenido una historia progresiva, ni intelectual, ni moral, ni religiosa. 
La Progresión no ha sido el carácter de la historia del ser humano. Sin aludir a su primera caída de su estado elevado, sólo tenemos que echar una mirada sobre el mundo, y mirar las catástrofes intelectuales, morales y religiosas que nos presenta, —en tiempos de luz y oscuridad,—  en alternancias de progreso y decadencia,—  en momentos en que la más alta civilización se hunde en la barbarie más baja.
Señálense aquellas tierras orientales, ahora envueltas en oscuridad, en las que los primeros haces de conocimiento radiaron sobre la humanidad. Estúdiense la extinción de la moralidad en muchas regiones de la tierra donde sus grandes lecciones fueron impartidas por primera vez por nuestro Salvador y Sus apóstoles; y sobre todo, señálese la supresión total de la fe Cristiana en las comunidades europeas, donde ha sido desplazada por una religión cuya doctrina fue predicada por conquista, y cuya decálogo fue dictada por la espada." [p. 157-158]
En 1864, Brewster, James Prescott Joule, Adam Sedgwick, y otros 714 científicos, "en respuesta a la ola de darwinismo que entonces azotaba al país... firmaron un notable manifiesto titulado "La Declaración de Estudiantes de las Ciencias Naturales y Físicas", publicado en Londres." La declaración afirmaba su confianza la veracidad íntegra e histórica de las Sagradas Escrituras. 


4. Sus últimos días

Brewster murió en 1868, pero un año después de su muerte, su hija Margaret Maria Gordon publicaría un libro bigráfico sobre su padre, llamado "La Vida de Casa del David Brewster", en donde trató con detalle aspectos de su vida y su fe cristiana. 

Entre otras muchas cosas, dio a conocer que a Brewster le encantaban los himnos cristianos (especialmente "Rock Of Ages") y que en sus últimos años, recibió una copia del libro «Les Adieux d'Adolphe Monod à ses Amis et à l'Église,» del pastor francés Adolphe Monod, que le influyó bastante.

En la obra biográfica, se cita una carta que Brewster había escrito al novelista escocés Alexander Balfour, un año antes:
"Con la palabra «sabio» me refiero a una persona que simplemente sabe que la gloria de Dios ES demostrada en los «cielos». Un hombre perfectamente ignorante, por muy bueno cristiano que sea, no puede saber eso. 
Con las palabras «revelación más elevada» me refiero, por supuesto, a las grandes verdades reveladas en la Biblia, y yo afirmo que un hombre joven, con instrucción científica, será preparado por ella para la recepción de la verdad revelada, y será más habil para combatir las objeciones sacadas de la ciencia, que lo que sería si «no» hubiera sido instruido en la ciencia." [En su carta al Profesor Balfour, desde Allerly, el 4 de diciembre de 1867. 
Dos días antes de su muerte, enfermo, Brewster vio al Reverendo James C. Herdman de la Iglesia Establecida de Melrose, quien había sido uno de sus estudiantes cuando enseñaba en St. Andrews, y con quien había forjado una amistad. Herdman escribió una carta acerca los últimos momentos de Brewster, que su hija Margaret incluyó en el libro:


"La siguiente carta da un registro muy gráfico de mi padre en sus últimos meses y días, y forma un retrato muy característico de la forma en que él era en sus momentos sin reservas, que con mucho gusto presento aquí:

«La última vez que vi a tu padre fue el sábado por la noche, menos de cuarenta y ocho horas antes de su muerte. Había ido a Allerly simplemente para preguntar por él, y ya me iba del lugar, cuando me llegó un mensaje que Sir David quería verme. Lo encontré en cama, muy indefenso, pero con la vista intacta, y con un rostro expresivo de perfecta paz. Habló sin dificultad alguna, aunque un poco ronco de voz. Él dijo que se alegraba de verme una vez más, y que quería que orara junto con él. Apenas hice un comentario sobre su esperanza, cuando dijo con énfasis que "estaba fundada sobre la Roca— Cristo." ¿No tenía dudas, ni miedo? "Ninguna. La sangre de la cruz había lavado sus pecados; Tenía vida en Cristo; De esto estaba seguro, porque Dios lo había dicho." ¿Siempre había sido así con él? "Por mucho tiempo, desde hace años, había confiado en el que fue Crucificado, y su confianza nunca había sido sacudida." ¿No le era difícil creer toda la Biblia? En estos días de escepticismo era algo común entre hombres de ciencia. "¡Común! ¡por desgracia!, pocos recibieron la verdad de Jesús, ¿pero porqué?";fue orgullo de su inteligencia—"esforzándose para ser sabios por encima de lo que está escrito; se olvidan de sus propias limitaciones, y salen de su jurisdicción. ¡Qué poco saben los mortales— de cualquier cosa! ¡Que absurdo es que gusanos piensen que pueden sondear los consejos del Todopoderoso!" Citó a Sir Isaac Newton, "Parece que solo he sido un niño jugando a la orilla del océano, divirtiéndome ahora y luego andando tras una perla más brillante o más hermosa que la ordinaria, mientras la verdad del océano entero yace delante de mí sin ser descubierto. ¡Sí, sí de verdad...!" ¿No le dieron ningún problema los misterios cristianos? "Ninguno. ¿Por qué habrían de hacerlo? Estamos rodeados de misterios. Nuestro propio ser es un misterio— no se puede ni explicar la relación de la propia alma con el cuerpo. Todo el mundo cree en cosas que no pueden entender. La Trinidad o la Expiación es algo muy profundo: asimismo la Eternidad, asimismo la Providencia. No le causaba ninguna inquietud no poder explicar completamente cada una de ellas. Hay cosas secretas que le pertenecen a Dios. No hizo ningún intento de reconciliar la soberanía de la gracia con la exclusiva responsabilidad del hombre, ambas eran ciertas. Él podía esperar para ver claramente su armonía; no eran contrarias a la razón, sin importar cuan incomprensible fuera. Cuando él encontraba una doctrina claramente manifestada en la Biblia, eso era suficiente; Dios sabía, él podía depender en su palabra: no deberíamos esperar que este mundo es libres de enigmas y aparentes discrepancias, y cosas que están más allá de nuestro alcance. Dio gracias a Dios de que el camino de la salvación fuera tan simple, que ningún argumento trabajoso, ningún logro difícil se requería. Creer en el Señor Jesucristo era vivir, él confiió en ÉL, y disfrutó de Su paz." Tal es la sustancia de la conversación más grata que tuvimos, en la que repitió menciones agradecidas del Señor, nuestra Justicia. Escribí un memorándum de ese momento. Rara vez, sino es que nunca, he visto una fe que sea más alegre y tan similar a la de un niño. "Permíteme morir la muerte de los justos, y permíte que mi último final sea como el suyo."
A la mañana siguiente, Brewster recibió la visita de su amigo James Simpson, el eminente obstétrico escocés, quien dijo de él que en esos momentos, "escuchaba con atención cada pasaje de la Escritura que se le leía, y si no alcanzaba a captar alguna palabra, pedía que se le leyera de nuevo."


Luego se le trajo a su hija menor para que se vieran por última vez, y ambos recitaron el himno "Just As I Am", que comienza:  
"Tal como soy; sin una sola petición

mas que aquella por la cual Tu sangre fue derramada por mí

Y que Tú me aguardes cuando venga a Ti,

Oh Cordero de Dios, ya vengo."   
Su hija Margaret termina escribiendo:
"Él siempre fue particularmente reverente y cauto al hablar de la Divinidad, usando habitualmente las palabras "Dios," "el Señor Jesucristo," y "nuestro Salvador;" pero en su lecho de muerte, el sentido de la cercanía y el amor del Señor Jesús, a la vez, su Dios, su Salvador, y su Justicia, superaron las reservas habituales de su tiempo de vida, y lo único de lo que hablaba era de "Jesús" como un Amigo personal, viviente, que lo estaba esperando. 
En un momento, cuando una sensación difícil pareció incrustarse en su espíritu, él dijo, "Jesús me mantendrá seguro," con restaurada confianza. En otro momento, vinieron a mis labios algunas de las pocas palabras que use, y le dije: "¡Vas a ver a Charlie!", pero reincorporándose a sí mismo después de una pausa, me contestó, a manera de reprensión amable: "Voy a ver a Jesús, quien creó todas las cosas, JESÚS, que hizo los mundos; voy a verlo tal y como Él es;" y lo repitió regresando a su penoso acento escocés que no usaba poco cuando estaba extremadamente interesado en algo, "voy a ver a Jesús y eso será magnífico," con una apariencia inefablemente alegre. Alguien dijo, "entonces entenderás todo." "¡Oh sí!," fue la respuesta que dio usando todo el sentido de la palabra. En otro momento le dijeron: "Desearía que todos los hombres eruditos tuvieran tu sencilla fe," y una vez más hubo una pausa y se volvió a reincorporar. Entonces, salieron las palabras, cada una con todo el peso de su significado y de su sentimiento: "Sí; he tenido la Luz durante muchos años, y ¡Oh! ¡que brillante es! ¡Me siento Tan Seguro, Tan Satisfecho!" ["The Home Life of Sir David Brewster" (1869), Margaret Maria Gordon, Cambridge Library Collection, Cambridge University Press, Capítulo XXI]
Y así partió este científico dejando un legado científico inigualable, y una luz de fe que brilló en el transcurso de su vida intelectual y familiar. Brewster había expresado anteriormente su deseo de evitar grandes funerales, así que su familia preparó un humilde entierro al que solo asistieron sus parientes y colegas más cercanos.

Habiendo dedicado su vida al estudio de la óptica y a la visión, Brewster pudo ver la Luz Verdadera, la Luz del mundo, Luz que no lo dejó ver tinieblas (Juan 8:12),  la Luz que vino con el fin de "que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados," (Juan 9:39). Por esto, no pudo haber sido más justa la inscripción que fue escrita en su tumba, que dice :
"El SEÑOR ES MI LUZ." (Salmos 27:1[17]

Bibliografía:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Translate ~ Translator